alergias otoñales
Todos pensamos que la alergia se reduce a la primavera pero después del
verano, con la bajada de las temperaturas y el aumento de la humedad con la
proliferación de las lluvias aumentan los ácaros y los hongos, responsables de
la típica alergia otoñal que, aunque no es tan llamativa como la primaveral, sí
representa un pico de alergia importante que muchas personas sufren.
Así lo explica en una entrevista con Infosalus el doctor Juan Carlos
Miralles, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica
(SEAIC), y especialista del ramo en el Hospital Reina Sofía de Murcia.
Miralles subraya que, aunque el pico de alergia es mayor en primavera, no son
desdeñables los casos que hay de alergia otoñal, ya que se juntan los alérgenos
perennes como son los ácaros y los hongos, y estos proliferan con las lluvias
típicas de la estación otoñal y con la bajada de las temperaturas, especialmente
en zonas costeras y donde llueve mucho.
"Con el calor del verano los ácaros disminuyen mucho porque necesitan para
sobrevivir un determinada temperatura y humedad, y si la temperatura es excesiva
los ácaros no proliferan. Pero al bajar la temperatura, con la llegada otoño, y
al subir humedad por el incremento de lluvias proliferan los ácaros, y parecido
ocurre con hongos, que con lluvias en otoño aumentan por lo que se registra este
pico de síntomas en otoño", incide el especialista.
Incluso en zonas de España hay picos de polen en otoño, por ejemplo en el
sureste peninsular, donde están las amarantáceas que polinizan a final verano y
principio de otoño", precisa el alergólogo.
Miralles reconoce que también puede influir que las personas pasan más tiempo
en casa que antes, y éstas se ventilan peor o menos tiempo que en verano dadas
las condiciones climatológicas antes mencionadas. En las casas señala que
también hay mucho mobiliario que acumula polvo, así como alfombras, que
favorecen la proliferación de los ácaros. "El que haya muchos libros o peluches,
alfombras, cortinas, en las casas favorece que los ácaros puedan proliferar y
producir más síntomas", subraya.
SÍNTOMAS MÁS HABITUALES DE ALERGIA EN OTOÑO
Como cualquier otra alergia de estas características, el especialista del
Hospital Reina Sofía de Murcia detalla que un cuadro alérgico a ácaros y hongos
en esta época puede presentar de forma más frecuente la rinoconjuntivitis o
picor de ojos y de nariz, estornudos, moquillo y congestión nasal, y también
síntomas de vías respiratorias bajas como tos, sensación de fatiga o pitidos en
el pecho, también conocidos como síntomas de asma.
De hecho, desde la SEAIC advierten de que en otoño se incrementan las crisis
de asma ya que los alérgenos como los hongos y los ácaros proliferan en esta
época debido a las temperaturas suaves y a la alta humedad.
"La vuelta al colegio o al trabajo propicia las reagudizaciones al aumentar
las infecciones respiratorias víricas. Tras la suspensión en muchos casos del
tratamiento farmacológico de mantenimiento en verano es aconsejable volver a
retormarlo en esta época, incluso antes del cambio de temperatura. Eso sí,
siempre consultándolo antes con el alergólogo", aconsejan desde la sociedad
científica.
En cuanto al tratamiento de la alergia en otoño, el doctor Miralles aconseja
en primer lugar evitar en la medida de lo posible la exposición a los citados
alérgenos; disminuir al máximo la exposición del paciente; intentar ventilar al
máximo posible la casa; procurar mantener una temperatura adecuada, ya que los
ácaros se reproducen mejor a partir de los 24 grados, intentar por tanto que la
temperatura de la casa no supere esa cifra; reducir el nivel de humedad en casa
porque así se reduce el nivel de ácaros.
Respecto a los hongos disminuir la humedad en casa, salir en momentos de
humedad ambiental, utilizar deshumidificadores en pacientes alérgicos a hongos,
e intentar reducir la exposición ambiental, así como ventilar la habitación en
la medida de lo posible, remarca.
Sobre el tratamiento, el miembro de la SEAIC aconseja un tratamiento
sintomático para la rinoconjuntivitis con antihistamínicos y con corticoides
tópicos nasales, aunque siempre bajo prescripción médica. Para síntomas de asma
se utilizan broncodilatadores inhalados y corticoides tópicos inhalados. El
único tratamiento que puede mejorar la enfermedad, según asegura, a largo plazo
son las vacunas, que las hay de dos tipos inyectables o sublinguales.
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